Un robot humanoide se alza imponente en el centro de una ciudad futurista iluminada por neones y hologramas. Su cuerpo metálico es elegante y aerodinámico, con placas de titanio oscuro que reflejan destellos azules y púrpuras. Su rostro tiene rasgos humanos, con ojos brillando con un resplandor cian que transmite inteligencia artificial avanzada. Circuitos de luz recorren su piel sintética como venas energéticas.
Detrás del robot, se extiende un horizonte lleno de rascacielos flotantes y drones patrullando el cielo. Rayos de luz atraviesan la niebla tecnológica, mientras una lluvia ligera cae como datos digitales en suspensión. El cielo, teñido de un púrpura profundo con nubes eléctricas, proyecta una atmósfera mística y poderosa.
El robot extiende una mano hacia el frente, de la cua
Un robot humanoide se alza imponente en el centro de una ciudad futurista iluminada por neones y hologramas. Su cuerpo metálico es elegante y aerodinámico, con placas de titanio oscuro que reflejan destellos azules y púrpuras. Su rostro tiene rasgos humanos, con ojos brillando con un resplandor cian que transmite inteligencia artificial avanzada. Circuitos de luz recorren su piel sintética como venas energéticas.
Detrás del robot, se extiende un horizonte lleno de rascacielos flotantes y drones patrullando el cielo. Rayos de luz atraviesan la niebla tecnológica, mientras una lluvia ligera cae como datos digitales en suspensión. El cielo, teñido de un púrpura profundo con nubes eléctricas, proyecta una atmósfera mística y poderosa.
El robot extiende una mano hacia el frente, de la cua